sábado, agosto 26, 2006

Un enano clásico (y muy querido)


Desde que nació sus amigos lo trataron con distancia, aunque se rodeara de estrellas. No lo consideraban igual a ellos… Pero aún así llegó a ser importante en la psiquis colectiva.
Una niña entusiasmada con la literatura mitológica decidió darle un nombre efusivo, lleno de caracter y hasta atemorizante cuando era inevitable la comparación con su inspiración: el dios de los infiernos griegos. Con los años, su nombre miles de infantes repetirían con un dejo de fastidio al ser interrogados por la maestra y así quedaría grabado en la memoria de casi todo ser humano.
Frecuentemente causaba curiosidad conocerlo y por eso se ganó con creces el status adquirido después de 1930 cuando miles de estudiosos se volcaron a analizarlo en detalle y era tan digno de reconocimiento que al instante se crearon clubes que se dedicarían exclusivamente a venerarlo.
Es más, según algunos, este poderoso rige la vida diaria de unas cuantas personas... y aún así tienen el tupé de llamarlo “enano”!!
Pues sí, esta semana, el gran pequeño Plutón, perdiendo su clasificación de “clásico”, fue degradado a Planeta Enano, y por si fuera poca la ofensa infligida, también le darían esa categoria a doce cuerpos más, entre ellos Ceres, hasta ahora conocido como el mayor de los asteroides, y Caronte, antigua luna de Plutón.
De esta deshonrosa forma y después de 76 años, en el caso del amado Plutón, pasaron a engrosar la larga lista de entes celestes menos insinificantes dentro de los insinificantes del infinito, vasto y pleno de objetos (entre naturales y chatarra espacial) universo.
Asi que, a partir del fátidico jueves 24 de agosto de 2006, podremos referirnos a él como ex planeta, objeto Transneptúnico (sinónimo para detrás del último), planeta enano y cuerpo celeste de masa inferior, pero muy querido Plutón…

Una vez más, el tamañó importó…

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