jueves, agosto 02, 2007

Llegué tarde a la fiesta

La magia de la noche no tiene límites y la verdad es que no muchos se dan cuenta de ese gran espectáculo que noche a noche enciende marquesinas sobre nosotros. Yo nunca había sido invitada a este gran show hasta hoy... Hoy el insomnio me regaló el pase de entrada y no lo desaproveché... Estrellas, nubes, aullidos, luces fugaces y la gran luminaria de la noche - la luna - le brindaron a mis ojos la oportunidad de reflexionar acerca del paso inminente de las horas, días y sobre todo noches sin que den frutos mis esfuerzos por ser quien quiero ser no por poco intento o consumación de los mismos... Si no porque la piel y el subconsciente me arrastran a mostrar mi lado aún sin pulir... Pero lo mejor es que el espectáculo no termina aunque haya llegado tarde a la fiesta...